A lo lejos se ve un precioso bosque
rodeado por las muralllas de un castillo
son las murallas de los corazones que
un dia te dieron besos sin sentido.
Es la muralla de un castillo.
Que dentro se haya un principe
con un corazón brillante,
brillante como los diamantes pulidos.
Un día, cuando empezaba a caer la noche,
te gritaban la memoria ¡acabarás tu destino!
si bajas por las escaleras
de aquel maravilloso castillo
Angel no te marches a estas horas,
que sólo hay miradas atenuantes
y hombres de cuchillo...
pero la inocencia de ese reino Valenciano
tenía minutos de retiro.
¡Ay de los besos y los aplausos!
¿Donde están queridos amigos?
O mejor pregunto ¿Hay amigos conocidos?
Puede ser que los haya, pero sólo por segundos
porque Angel lo sorprendieron
con el corazón roto y dolorido.
Le compraron su alma y sus ojos,
su amor prohibido.
El alma de un Manchego que vive
en el destino para ser recordado
como el rey del castillo
pero de aquellos castillos blandos
con paredes de carton y barro.
¡Ay de los besos y los aplausos!
¿Donde están queridos amigos?
O mejor pregunto ¿Hay amigos conocidos?
Ahora Angel está en mi cabeza y en mi corazon
y la de todos
que no saben qué hacer
para no perder su prestigio.
JUsticia para Angel y condena
para los asesinos, pero lo mismo
digo para miles de casos perdidos.
Perdidos en manos de una Constitución
que no se asienta sobre lo justo
sino sobre la esperanza de presos
con retome de caminos,
caminos que sólo van a un destino
y es el de matar a mujeres,
hombres y niños.
Levantemos nuestros deseos que
para eso somos vecinos de la democracia
y no de los asesinos,
vividores en hoteles sin castigo. Angel, ahora se que tengo amigos
y somos todos aquellos que luchamos
para proclamar justicia por tu nombre
y por las murallas de la democracia
y del orgullo.-
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